Nada ni nadie Tragicomedia del poder en el fin de los tiempos

Un paisaje post-apocalíptico. Dos hombres en la soledad de un mundo destruido. Un texto corrosivo, inteligente, ácido y reflexivo. Una distopía donde el juego entre los dos personajes representa los anhelos, pensamientos y dudas de la humanidad. Una reflexión sobre el poder, la finitud humana y los diversos disfraces que adoptamos para enfrentarnos a la nada. Nada ni nadie es una parábola sobre el vacío existencial del ser humano, sobre el abismo primordial que acompaña al hombre desde su nacimiento. De este modo, el crítico teatral Francisco Collado, descubridor del autor, describe la obra: Nada ni nadie. Tragicomedia del poder en el fin de los tiempos, coincidiendo en lo esencial con la apreciación que manifestó –al ver el estreno de la obra en el Festival Internacional de Badajoz– José Manuel Villafaina, decano de los críticos, que sentenció: Rotundo éxito artístico. Nada ni nadie es una excelente tragicomedia estremecedora, cáustica y desgarrada. Y nos atrevemos a decir que, aunque parezca imposible, la obra esta hilada con pasajes de pura comedia.

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