Los Fantasmas de Velintonia

La intensa amistad que Vicente Aleixandre y Miguel Hernández mantuvieron desde 1935 hasta el asesinato de este último en 1942 en una de las cárceles de Franco comenzó con La destrucción o el amor, poemario de Aleixandre que Hernández le solicitó por carta, pues tenía un irrefrenable deseo de leerlo y ningún dinero para adquirirlo. Gracias a Vicente Aleixandre, Miguel Hernández accedió al Madrid de las letras y conoció a algunos de los autores más relevantes de su tiempo, entre ellos María Zambrano y Pablo Neruda. Por su parte, Vicente Aleixandre tomó contacto a través de Miguel Hernández con una fuerza poética y vital, auténtica, primitiva, ligada al magma y a la tierra. Fue una simbiosis generosa y positiva, desinteresada, guiada por el altruismo y por la entrega de ambos.

El marco de los primeros encuentros de los poetas fue la casa que Aleixandre tenía en la calle Velintonia, número 3, en Madrid. La venta de esta casa a través de un portal inmobiliario de internet fue el detonante que impulsó a Antonio Miguel Morales Montoro a escribir esta obra sobre el amor y la muerte, el olvido y la memoria.