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Construyo sobre el olvido



ISBN: Pliegos-50

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En verano de 2009, el antiguo Teatro Pradillo se interesó por saber si yo tenía algo nuevo para ser programado ese mismo invierno. Yo respondí con una propuesta que me venía rondando la cabeza hacía algún tiempo y que consistía en invitar a varios directores a llevar a cabo algún deseo que no hubiesen podido materializar antes sobre un escenario con la única condición de que pasara por mi cuerpo y su puesta en escena tuviera lugar ante el público. A lo largo de cuatro veladas consecutivas y bajo el título genérico de PLOT, se estrenaría y se enterraría en la misma noche cada una de las creaciones. Y así fue: mi cuerpo fue atravesado por el deseo de cuatro hombres que, casualmente, soñaban con distintas formas de acariciar la idea de la muerte.

Aquel experimento, que tenía vocación de operar como revulsivo, supuso más bien un revolcón en mi relación con el hecho teatral y pre-cipitó la escritura de un texto a través del cual me proponía des-cubrir, recortar y mostrar la forma de la huella que había dejado en mí (Esto es lo que hay, El Curro DT, mayo de 2010). Pero esto no fue suficiente para agotar el flujo de voces internas que manaba de aquella primera experiencia poniéndolo todo en cuestión. Decidí entonces abordar la escritura de una tercera parte (You name it, Antic Teatre, septiembre de 2010) y que aquello, aquellas tres propuestas que se sucederían, formarían un tríptico cuyo hilo conductor sería una especie de exploración o palpación de las formas del deseo en el ámbito de las relaciones sobre las que se sostiene el hecho teatral: si en la primera parte quise exponer cómo operaba sobre mí el deseo de los directores, en la segunda tanteé el de los espectadores ofreciendo mi cuerpo para que hicieran de él lo que quisieran y en la tercera quería que fuese mi propio deseo, el mío, quien produjese el lenguaje que me conduciría hasta ellos. Esto último, que parece muy obvio, constituía para mí un reto importante ya que me obligaba e enfrentar mis miedos burgueses y a incidir sobre relaciones morales. Como diría Alejandra Pizarnik: ¿cómo decir la violencia cuando solo se logra recordar el lenguaje de la sumisión?

Pliegos-50

Ficha técnica

Editorial
Pliegos de Teatro y Danza

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