Dos obras dramáticas, dos propuestas estéticas para la escena. Telesforo no es Bogart juega a recrear la historia, a imaginar otros protagonistas para la película Casablanca, en una relación dialéctica entre verdad y ficción, entre el tópico y su superación, entre los lenguajes del cine y del teatro.
La noche de los héroes comienza con una cena entre dos parejas de mediana edad, con sus pequeñas y cotidianas miserias; mas bajo sus palabras se van adivinando otros miedos más profundos, con el fondo del conflicto político del País Vasco.