Entrando en calor

En esencia, lo que Jesús Campos presenta  —como en otras muchas ocasiones, centrado en el núcleo matrimonial— en esta obra es la situación terminal de un mundo que se acaba, o quizás, en una visión más actual, que se agota; todo ello representado por dos seres agónicos que tratan inútilmente de eludir su suerte. Sin embargo, durante la mayor parte de la obra, el autor ha jugado  —como reconoce en su Cuaderno de bitácora— con nosotros como público o como lectores mediante una metaficción que, atravesada por el absurdo y un engranaje de equívocos, nos ha mantenido en el terrero de la comedia de más pura tradición costumbrista y española, para desembocar en un trágico escenario vital que nos cuesta ver, y mucho más aceptar.