Teatro Marítimo. Revista de arquitectura + cine Nº 5. La identidad de la ciudad

No solemos imaginar el juicio que la posteridad emitirá sobre la arquitectura de nuestra época, pero para nosotros esta es sin duda la era de la globalización y de los llamados “arquitectos-estrella”, cuya producción funciona a todos los efectos como una gran marca comercial. Los países más distantes y diversos compiten por hacerse con una selección de edificios de firmas prestigiosas, y la cuestión del contexto local (o genius loci) parece por completo irrelevante. 

Esta situación no es sino la culminación de un proceso de homogeneización que comenzó tras la Segunda Guerra Mundial con la exportación masiva del Estilo Internacional, aunque con una importante diferencia: la “arquitectura-espectáculo” actual compite con los propios monumentos tradicionales, que hasta hace poco eran los únicos e indiscutibles depositarios del sentido de la identidad.

Con sus agudas paradojas urbanas y su abundancia inquietante de objects trouvées, la presente condición de las ciudades anima a reflexionar acerca de la auténtica naturaleza de aquello que constituye su identidad. ¿Están las ciudades en proceso de perder su personalidad? ¿Sería lo deseable? ¿Tienen, en realidad, las ciudades una identidad definida, o ésta no es a fin de cuentas más que una frágil entelequia? ¿Tenemos aún un sentido de identidad cultural similar al de Piranesi, Baudelaire o Biely? ¿O más bien nuestra concienta habita ahora en las redes y los flujos mundiales? Todas estas cuestiones parecen extremadamente serias y acuciantes para quienes aún conciben la ciudad como respaldo y catalizador esencial del civismo y la creatividad, y se preocupan por su forma y su futuro. […]