Mes de la Danza. 20 años



ISBN: 84-617-1906-9

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¿Qué ha ocurrido en la danza contemporánea los últimos 20 años? Un libro que retrata estas dos décadas a través de la palabra y la imagen.

Veinte años en la retina

Cuando un grupo de entusiastas iniciamos en Sevilla el Mes de Danza, en 1994, en la Sala La Imperdible, me atrevo a decir que ninguno de los que estábamos involucrados pensábamos que algún día este proyecto fuera a celebrar sus 20 años de existencia.

¡Y aquí estamos celebrándolo! Pensamos que la mejor manera de darle forma a esta celebración era un libro.

Un libro que, a través de la historia del MES DE DANZA, se acercara a una historia de la danza contemporánea en Andalucía.

Un libro tributo a estos creadores coreográficos andaluces que conforman esta historia, como un agradecimiento por esta complicidad y este voto de confianza que siempre han depositado los profesionales de la danza en este proyecto.

Un libro que, a imagen y semejanza de lo que ha pretendido ser esta Muestra sirviera no solo de memoria mirando al pasado, sino que a la vez contribuyera a dar visibilidad al sector mirando al futuro.

Un libro que, por estar en las antípodas de la danza en su forma, pudiera plasmar en papel algo tan volátil, efímero, irrepetible y frágil como la danza y el movimiento y contribuir así a través de la palabra escrita a la legitimidad de esta forma de arte.

Como una evidencia, este libro tenía que ser también de fotografía. El Mes de Danza tiene la suerte de haber tenido un ojo cómplice a lo largo de estos 20 años de vida. Este ojo es el del fotógrafo Luis Castilla, un ojo atento, generoso, sensible, que se ha ido formando y afianzando en paralelo al propio proyecto, en paralelo a la evolución de estos creadores andaluces. La selección de las fotografías que aparecen en este libro es fiel testigo del tipo de programación que hemos defendido durante 20 años. Hemos apostado por elección (aunque también por necesidad ante la falta de medios) por creaciones de pequeño y mediano formato, intimistas, sobrias, con el cuerpo como eje para la construcción de una narrativa. Este cuerpo es el que Luis Castilla muestra.

Esta historia de la danza también es la historia de un fotógrafo que durante 20 ediciones ha sido testigo a través de su cámara del Mes de Danza. No es habitual que un festival pueda contar con la colaboración de un mismo fotógrafo durante tanto tiempo, dando como resultado un archivo gráfico de una riqueza excepcional y coherente en cuanto a una única mirada de autor. Este libro es también nuestro agradecimiento a este cómplice fiel.

Hemos confiado los contenidos a Omar Khan y a Mercedes L. Caballero, grandes profesionales del periodismo, conocedores, entusiastas y amantes de la danza. Queríamos que esta historia estuviera contada desde el conocimiento del proyecto y del contexto, a la par que desde la distancia. Esta distancia tan necesaria cuando se trata de abarcar un proyecto que nació y creció por pasión, un proyecto que ha contado con la entrega, el buen hacer y la generosidad de tantos y del cual muchos se sienten, han sido y son partícipes.

Afecto y consenso son palabras claves en torno a este proyecto, lo que no le ha eximido de momentos de crisis y cuestionamientos, tanto externos como internos, que una vez superados han hecho que el Mes de Danza tratara siempre de mantenerse en alerta y dinámico.

La voz de Omar y de Mercedes, con una mirada ajena, era la voz necesaria para hablar de estos 20 años de danza en Andalucía, de estos 20 años de Mes de Danza.

El minucioso trabajo de clasificación y revisión de 20 años de archivos por parte de Ángeles Roquero ha sido una tarea tan laboriosa como fundamental para evitar al máximo errores históricos.

Las palabras del prólogo de María Muñoz, cocreadora y codirectora de la compañía catalana Mal Pelo, intérprete y coreógrafa tan singular como admirada que hemos tenido la suerte de disfrutar en más de una ocasión pero en menos de lo que hubiéramos querido en el Mes de Danza, son un regalo.

El diseño y la maquetación de este libro ha sido labor de SOPA, cómplices del Mes de Danza en la creación de las imágenes de los últimos años, que han sabido plasmar con elegancia y contundencia la esencia de este proyecto en cada una de las entregas.

El Mes de Danza, que empezó pequeño pero con ambición, tenía como objetivo prioritario el convertirse en una herramienta para el creador y muy especialmente para el andaluz. Su meta era dar visibilidad a lo que se hacía por el sur y favorecer el crecimiento y la evolución de un sector, el de la danza. Sus estrategias apuntaron siempre a hacer, a hacer con cariño, con conocimiento pero sin miedo a lo desconocido. Teníamos claro que esta visibilidad y este crecimiento de lo local pasaban por conectarnos con lo nacional, con lo internacional. Hoy, las estrategias que marcan la gestión son muy similares y el Mes de Danza sigue siendo un proyecto pequeño porque es cercano a los creadores, a sus momentos vitales como artistas, atento al contexto en el que se mueven, a las necesidades, a las motivaciones y al talento.

En 20 años, esta comunidad ha multiplicado los talentos. Cuando empezó el Mes de Danza eran muy pocos los que habían optado por la danza contemporánea como vía de expresión artística. Y el camino era arduo en tanto que iniciaban una historia, la de la danza contemporánea, donde no existía ningún referente cercano en un contexto donde la tradición y sus manifestaciones artísticas latían y laten con fuerza. Hoy por hoy, la creación coreográfica contemporánea andaluza es vibrante, con personalidades singulares y gran diversidad en los lenguajes coreográficos. Y tienen como denominador común una pasión, un entusiasmo y un rigor capaz de superar las muchas dificultades que aún se les pone por delante como creadores: falta de ayuda a la producción, falta de espacios, falta de visión y de criterios, ausencia de circuitos de distribución y mecanismos de apoyo a la difusión; en definitiva, una ausencia total de políticas culturales que sin complejos, apoye, valore y ponga de relieve a los creadores que trabajan en Andalucía.

Hay cierto orgullo en poder abrir cada uno de estos capítulos con coreógrafos andaluces que han presentado sus creaciones dentro del Mes de Danza y que mantienen un repertorio activo. Sí, estos han sido los criterios a la hora de seleccionar a los 24 creadores que se retratan en este libro.

Con ello, está la voluntad de poner en el centro de este discurso sobre la danza la figura del coreógrafo, de este creador que escribe y compone con el cuerpo. Lo que tiene que contar sobre la realidad que nos rodea lo cuenta con el movimiento del cuerpo porque es como mejor alcanza a hablarnos de nuestro mundo. Está también la de atestiguar, a través de la palabra escrita, las propuestas artísticas de estos creadores y contribuir a dar visibilidad, confiando sirva de herramienta de difusión de sus trabajos o al menos de llamada de atención sobre toda esta rica diversidad coreográfica que puede Andalucía ofrecer al mundo.

Son muchos más los que forman parte de esta historia de la danza: pedagogos, programadores, gestores, bailarines, directores de teatro, realizadores, etcétera. Algunos en esta historia han tomado otros caminos, como la veterana Málaga Danza Teatro o la efímera Danza 88, pero que sin ellos esta historia no se hubiera escrito. Otros, más jóvenes, se van sumando para que en breve se pueda escribir otra historia. Compañías provenientes del teatro como La Tarasca, La Imperdible, El Velador, La Cuadra, B612, también han tenido un papel relevante en esta historia. Se han interesado por la danza y han encontrado en ella una manera de enriquecer o diversificar sus discursos escénicos. Han aportado a bailarines y coreógrafos, en muchas ocasiones, una continuidad laboral y con ello un sosiego económico que ha permitido que pudieran en paralelo seguir formándose o indagar en proyectos propios.

La ubicación de los coreógrafos en los diferentes capítulos que se corresponden cada uno a una edición del Mes de Danza no es aleatoria. En su mayoría coincide con la primera vez que el coreógrafo ha presentado una pieza en el Mes de Danza. Si bien, para que cada capítulo dedicado a una edición se viera introducida por un coreógrafo, otras valoraciones han entrado en juego, como la especificidad de un lenguaje o de una técnica.

Esta relación de perfiles se abre con el de la inclasificable creadora Salud López, como un eje ineludible en la construcción de una historia andaluza de la danza y su constante preocupación por dignificarla.

Es motivo de alegría celebrar 20 años de un proyecto que, por sus características, ha contribuido modestamente a dar una imagen de una Sevilla menos ensimismada, más cosmopolita, abierta a la innovación y a la contemporaneidad. Y es doblemente motivo de alegría poder plasmar estas pequeñas conquistas en un libro.

A modo de inteligencia colaborativa, la historia de lo que parecía una utopía es la suma de asociaciones, convergencias, complicidades, contribuciones, cooperaciones, participaciones, como forma de crecer y seguir vivo con un proyecto cultural. Y del mismo modo lo ha sido la financiación de esta publicación, que se inició con una campaña de crowdfunding exitosa a la cual se han sumado varias entidades públicas.

Un gigantesco agradecimiento a todas las personas e instituciones que han contribuido a hacer realidad el Mes de Danza año tras año durante 20 años.

Confiemos que esta publicación sea la primera de muchas por venir que puedan dar otras visiones que cuestionen, complementen y continúen la que en estas páginas ofrecemos sobre la danza contemporánea y sus múltiples facetas.

María González

Directora del Mes de Danza

84-617-1906-9

Ficha técnica

Editorial
Edita Transforma

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