

ISBN: 84-935704-8-6
[...] Fue aquella minucia, una despreciable y ridícula minucia, la causante de mi ruina, pues por su culpa perdí mi cargo en el Cuerpo de Inspectores de Pueblo, cargo que conlleva trienios y una pingüe jubilación. [...] Cada vez que me acuerdo de aquella catástrofe siento el salvaje deseo de declararle la guerra a las minucias, de consagrar mi existencia a destruirlas, a borrarlas de la faz de la tierra, incluso a las más insignificantes, como era la que me perdió, una minucia de nada, de aspecto completamente inofensivo y minúsculo tamaño, tanto que de haber reparado en ella no me hubiera exigido el menor esfuerzo apartarla de mi camino.
Ed. Pepitas de Calabaza.
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